domingo, 28 de noviembre de 2010

Para transitar algunos dolores, para poder abrirnos a ellos hay que animarse a perdonar. Perdonar es soltar la culpa, dejarla ir. La culpa es un ancla que nos detiene. Al perdonar, al soltar la culpa, nos soltamos nosotros. Nos permitimos avanzar.Castigarnos una y otra vez por algo que no podemos cambiar nos detiene en el tiempo.Hay que salirse de la huella, de esos pasos que nos llevan una y otra vez al mismo camino. Perdonar, perdonarse, es crecer.Hay que animarse a avanzar, a no repetir las mismas respuestas a los mismos problemas. Nos cuesta perdonarnos y eso nos destina a quedarnos congelados en el error que cometimos. No perdonarnos es nuestra forma de castigarnos. Perdonar es más que perdonar a otro, es entender que no somos culpables de las impotencias de los otros. Cuando repetimos aquello que nos hace mal en realidad es nuestro interno por repararlo. Es un intento porque aquello que fue no sea. Cuando volvemos al mismo sentimiento buscamos la chance de cambiar lo que pasó. Un imposible.Perdonarse es soltar la culpa de existir.Hay deseos muertos, que nos atan, nos detienen en el camino. Están los otros, los que nos empujan, los que nos abren el camino.Los deseos muertos quieren cambiar lo que no se puede cambiar. Nos hacen mirar atrás, niegan el perdón y la posibilidad de perdonar.Perdonar es dejar en el pasado lo que es el pasado. Es acomodar ese trauma en donde corresponde. Es reconstruir desde las ruinas. Es cerrar esa puerta. Es dejar que el tren avance. Es volver a jugar el partido. Es afirmar la propia identidad. Es animarse a ser otro. Es superar nuestros miedos. Es enfrentar nuestros miedos. Es luchar contra nuestros demonios. Es reencontrarse con uno mismo.Perdonar y perdonarse es soltar eso que nos tiene detenidos en el tiempo, y al fin poder avanzar.

Porque en cada sitio que esten, en las cosas que vivan yo también viviré.


Mis hermanos. Gracias por acompañarme en cada paso, por escucharme y por bancarme desde que nací. Los amo ! Y los necesito conmigo, SIEMPRE.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Mis días sin ti, son tan oscuros, tan largos tan grises, mis días sin ti. Mis días sin ti, son tan absurdos, tan agrios, tan duros mis días sin ti. Mis días sin ti, no tienen noche, si alguna aparece es inútil dormir. Mis días sin son un derroche, las horas no tienen principio ni fin. Tan faltos de aires, tan llenos de nada. Chatarra inservible, basura en el suelo, moscas en la casa. Mis días sin ti, son como un cielo, sin lunas plateadas, ni rastros de sol. Mis días sin ti, son solo un eco, que siempre repite la misma canción. Tan faltos de aire, tan llenos de nada. Chatarra inservible, basura en el suelo, moscas en la casa. Pateando las piedras, aún sigo esperando que vuelvas conmigo. Aún sigo buscando en las caras de ancianos, pedazos de niño. Cazando motivos, que me hagan creer que aún me encuentro con vida. Mordiéndo mis uñas, ahogándome en llanto, extrañandote tanto... Mis días sin ti, Mis días sin ti, como duelen los días sin ti...

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soy una persona frontal, demostrativa, que como todo el mundo acierta y también se equivoca.